Qué hacer con una escalera vieja que ya no usamos (II parte)

Si hace unos días os enseñamos cómo convertir una vieja escalera en una sencilla estantería, en esta ocasión vamos un poco más allá. Hemos colocado un tablón más ancho en posición transversal para conseguir la nueva función: un escritorio. Ubicado en una pequeña zona del dormitorio, obtendremos un pequeño y cálido rincón de trabajo. Las baldas sirven de apoyo y nos permiten tenerlo todo a mano. 

La zona de uso no es amplia pero sí suficiente para escribir, dibujar, incluso leer.

El doble peldaño superior sirve de estante.

Con un destornillador, puedes aflojar levemente uno o dos de los tornillos de la escalera para fijar una pinza de notas. Fotos: Decoratrix.