Pequeños bodegones domésticos

Con los objetos cotidianos puedes realizar composiciones muy creativas en cualquier rincón de tu casa. Anímate a convertirte en “bodegonista” con tus propios objetos y recuerdos. Cualquiera de ellos con bonita silueta o textura puede ser el motivo central de un pequeño bodegón doméstico. Por ejemplo, libros y recuerdos de viajes o de antiguas vivencias. Parece una mezcla esotérica pero los libros componen los planos y  los objetos marcan volúmenes: una cabeza egipcia de alabastro, pequeños boles de porcelana japonesa, una quijada de animal, un florero africano, etc.

También puedes crear pequeños bodegones con texturas y colores. En este caso, dentro de un florero se entremezclan brazaletes de seda de colores y una delicada pluma blanca. Junto a él, una caja antigua de porcelana, una cartera de cuero vintage y un foulard en una textura sutil como el cachemir con flecos esponjosos en varias gamas de color.

Si tu espíritu es más moderno y un poco coleccionista de objetos y piezas de cerámica, te encantará esta composición que a primera vista parece tan simple: agrupa torres de platos, cuencos, boles y candelabros, juega con sus formas y alturas creando diferentes volúmenes. El truco de este bodegón está en su simplicidad aparente: una tabla de madera en color natural, la pared en un fondo oscuro sobre el que destacan unas pocas piezas, y el contraste del reloj de pared de los 60´s con una impecable y moderna tipografía. Menos es más, ya lo sabes. Fotos: Emmas blog.