Mesa de escritorio que se convierte en una cama
A simple vista, no parece muy diferente a cualquier otra mesa de escritorio que podamos tener en casa o en la oficina. Sin embargo esta mesa esconde una sorpresa. La primera vez que la vi no pude por menos que exclamar: "no puedo creer que lo hayan inventado", parafraseando el título de uno de nuestros blogs preferidos (los más hábiles que conozco para encontrar en la red los objetos más insólitos), pero sí está inventada y según su creadora, la diseñadora Athanasia Leivaditou del Studio NL es un mueble imprescindible. ¿Queréis saber que tiene de especial este mueble? ¡Os aseguro que merece la pena conocerlo!
Se llama 1,6 SM Of Life y se gestó en Nueva York donde, según su creadora, el espacio habitable tiene un altísimo precio y por lo tanto, cualquier mueble compacto y eficiente es bienvenido. Inspirado en su propia experiencia personal, mientras estudiaba su posgrado y trabajaba en esta ciudad, diseñó este escritorio que se convierte en una cama compacta cuando es necesario. La idea me vino, cuenta la diseñadora, cuando "veía a mis compañeros de clase que usaban grupos de sillas para dormir un rato durante las noches de estudio interminables en la escuela de posgrado".
¿Cómo funciona el invento? Pues en las fotos, tenéis la respuesta. En el momento que quieres descansar, la tapa del escritorio se desliza hacia adelante con el fin de generar más espacio. La parte delantera se baja para formar la base y el colchón de la cama. Uno de los laterales se inclina de modo que pueda servir de apoyo para la cabeza. Mientras que el otro funciona como un área de almacenamiento o para colocar una pantalla de ordenador. Y ya tienes el dormitrio listo, con una cama de 2 m de larga por 0,80 m de ancha.
Yo no es que quiera enmendarle la plana a la inventora, está muy bien que piense en sus compañeros estudiantes, pero yo en esa época –bendita juventud– era capaz de 'dormir en el filo de una espada' y me daba igual. Yo creo que es mucho más útil para los que ya tenemos una edad... y trabajamos en una oficina. Sería estupendo poder dormir un par de horas por la noche cuando la jornada se alarga hasta altas horas de la madrugada o simplemente para descansar con la espalda recta durante un rato. Y es que echar una cabezadita encima de la mesa, sentada en la silla hecha un cuatro, es uno de los suplicios más insoportables que tenemos que sufrir los curritos.