Mariposas robóticas que nunca se escapan
No sé a vosotros, pero a mí siempre me pareció una crueldad la venta de pollitos vivos teñidos de colores que había en muchos mercadillos ambulantes. Algo parecido me ocurre con las frágiles y delicadas mariposas, capturarlas y encerrarlas en un tarro para que un niño juegue un ratito con ellas, me parece un acto cruel. Por eso, me ha encantado este ingenioso invento japonés que hace furor entre los niños de ese país (¡quién, si no ellos, iba a inventarlo, derrochan sensibilidad!). Con My Butterfly, nuestros niños también podrán disfrutar de la belleza y el encanto de estos preciosos insectos sin causarles daño, y de paso, aprender a cuidar la naturaleza y proteger a los animalitos indefensos que habitan en ella.
Son unas mariposas robotizadas tan bien hechas que tendrán que observarlas muy de cerca para descubrir que no son reales. Vienen en un tarro de cristal y basta con que se dé un golpecito a la tapa o haya ruido ambiente para que la mariposa se ponga a revolotear durante minuto y medio. Se comercializan cuatro modelos diferentes para coleccionar –Morpho rosa, Morpho azul, Cola de golondrina y Monarca– Funcionan con 3 pilas AAA que van escondidas bajo la tapa y duran para más de 600 activaciones.
En este vídeo, colgado por Planeta Plutón (la empresa que lo comercializa en España) en su página web, podéis observar el vuelo tan real que despliega una de estas mariposas (25 € cada tarro).