Loft 'neoyorkino' en el centro de Barcelona
Tras una reforma integral, un antiguo almacén de alfombras se convirtió en esta espectacular vivienda tipo loft, con un aire muy neoyorkino, que conserva todo el encanto de la raíz industrial original, y en la que un mobiliario con mucha historia se combinó con nuevas piezas hechas a medida.
Este loft, de unos 170 m², se encuentra en un edificio barcelonés construido hace más de un siglo, que previamente fue un taller textil. En las obras de reforma se cuidó especialmente mantener al máximo las atractivas estructuras originales, si bien después se jugó con el color blanco para unificarlas. Las columnas de hierro forjado hasta el techo –originalmente negras y que recorren longitudinalmente el ambiente–, las vigas de madera, cortadas por un riel de acero, y los 4 metros de altura marcan la arquitectura del espacio abierto.
La luz natural, otro de los puntos claves de esta vivienda, entra desde un muro de ventanas de guillotina, en su mayoría originales, que la garantizan durante todo el día.
El ambiente de loft neoyorquino se recreó a propósito, con mucho espacio en blanco y pocos elementos decorativos, con una atractiva mezcla de lo industrial con muebles clásicos antiguos y piezas de diseño moderno realizadas a medida. Para no perder sensación de amplitud y a la vez conseguir un espacio cálido y acogedor, se optó por el color blanco, tanto para paredes y techo como para buena parte del mobiliario y estores, y el suelo se cubrió con una tarima de madera clara.
Para la cocina, situada en una estancia independiente, se apostó por una estética retro industrial con piezas de metal, mobiliario antiguo y la combinación de madera con metal.
En el dormitorio, un muro que no llega al techo independiza este ambiente del salón y hace de vestidor por un lado, y de tabique para apoyar una librería baja, en el otro. Para su decoración se siguió la misma línea estética que en el salón: sobre una base neutra, con paredes, techo y ropa de cama en color blanco, se añadieron pinceladas oscuras con escogidas piezas del mobiliario en negro y detalles cálidos, con complementos en la gama de los marrones. Fotografías: Jordi Miralles a través de Shoot 115.