La exclusiva joyería de David Webb en Nueva York
¿Conoces la firma de alta joyería David Webb? Desde el año 1948, David Webb se distingue por creaciones que combinan una rica tradición de diseño, artesanía y creatividad. Este diseñador de joyas estadounidense murió en 1975, pero su exclusiva tienda, situada en la avenida Madison de Nueva York, está a punto de celebrar su 65 aniversario.
En el año 1941, a la edad de 16 años, David Webb viajó desde su lugar de nacimiento, Asheville, Carolina del Norte hasta Nueva York. Sus dones especiales, como joyero y diseñador, pronto se hicieron evidentes, y poco después de su llegada, fue descubierto por Antonieta Quilleret, una mujer francesa con un gusto exquisito y muy buen ojo para el talento. Con su respaldo, en 1948, creó la firma David Webb Inc., y abrió una tienda en la calle 57.
Desde entonces han sido muchas las celebrities y mujeres de la ata sociedad estadounidense que han caido rendidas a la calidad y exclusividad de estas piezas de alta joyería: desde Jacqueline Kennedy Onassis y Elizabeth Taylor hasta Cameron Diaz, Eva Mendes, Rose McGowan o Jennifer Lopez han lucido algunos de sus sofisticados diseños. Y no es un tópico: a las mujeres nos gustan las joyas. Para algunas no es necesario que sean muy ostentosas o valiosas, pero la mayoría soñamos con piedras preciosas engarzadas en diseños de autor (Cartier, Bulgari, Tiffany & Co, Yanes, Suarez y, por qué no, David Webb). Pero centrémonos en esta boutique, que me despisto...
Las colecciones de David Webb incluyen flores, formas orgánicas y animales en un sinfín de diseños, joyas de todos los tamaños y variedades con un inconfundible sello clásico. Este estilo se respira también en la decoración de su exclusiva y lujosa joyería de Nueva York, su tienda insignia en la Avenida Madison, en la cual se reservó un espacio para que los artesanos trabajaran.
El arquitecto Pedro Pennoyer y la interiorista Katie Ridder son los responsables de la decoración de esta joyería, quienes proyectaron un espacio a base de saloncitos de gusto clásico. Más que en una tienda, un almacén o una sala de exposición, parace que nos encontramos en una mansión. Con precios que empiezan en 4.000 dólares (unos 5.000 euros), las piezas de David Webb requieren un entorno lujoso e íntimo. Pero por encima de todo, Pennoyer y Ridder persiguieron que las joyas siguieran siendo el centro de atención. Y vaya si lo son...