Humedades en casa: cómo evitar su aparición Si crees que tener humedades en casa es un simple problema de manchas antiestéticas en paredes y techos y de malos olores en los armarios, conviene que cambies de idea, porque es más serio de lo que hayas podido pensar. En muchas ocasiones, lo que empieza como un problema de estética interior puede acabar afectando a la salud de los que viven en la casa. Y si la humedad se convierte en 'crónica' puede acabar incluso poniendo en riesgo la estructura de la vivienda. Ante la presencia de humedades, conviene que conozcas cuál de éstas es la que está generando un pequeño caos en tu casa, pues los posibles tratamientos son diferentes según el tipo de humedad. Existen tres tipos de humedades, por lo que deberás conocerlos para saber a cuál te enfrentas. Humedades por capilaridad. Es la humedad que sube desde el terreno y asciende por los poros de las paredes y suelos. Es habitual en las viviendas unifamiliares y sótanos, ya que suelen ser construcciones bajas que dan directamente al suelo. Este tipo de humedad provoca que se desprenda la pintura o se despegue el papel pintado. Por condensación. Se producen en zonas mal aisladas o con exceso de humedad, son las gotas de agua que se depositan en carpinterías metálicas, en los vidrios y las que crean formación de mohos en las superficies de las paredes y techos; también muy comunes donde hay vapor de agua, como el baño o la cocina. Por filtraciones. Pueden aparecer en todas las paredes, suelos y techos de la casa, y también en las ventanas, En este caso, son muy recomendables las ventanas con doble acristalamiento y rotura del puente térmico, contar con un buen aislamiento térmico en paredes y cubiertas –ya que también tiene propiedades impermeabilizantes- y pintura anticondensación, que, como dice su nombre, reduce la condensación evitando el efecto pared fría. Prevenir y eliminar la humedad Como solemos decir, es mejor prevenir que curar. Es cierto que no existen recetas infalibles, pero sí algunos consejos que pueden ayudarte a mantener a raya las humedades en casa. Una buena ventilación es fundamental para que el aire circule por las diferentes estancias de la casa. ¡Ventilar es muy sano! Basta con unos 10 minutos diarios. Nunca está de más abrir las ventanas tras la ducha o después de cocinar, ya que son actividades que suelen generar humedad. La cocina es una de las estancias más húmedas de la casa y, lógicamente, de las que más tiende a generar problemas de humedades. Para ventilar tu cocina correctamente, debes contar con un buen sistema de extracción de humo. Los sistemas de ventilación mecánicos nos garantizarán protección frente a los vapores del cocinado.Otro paso importante es evitar dejar superficies y utensilios mojados Y, si tu cocina es pequeña y cerrada, lo más sencillo del mundo es abrir todas las puertas y ventanas de la casa, esto te ayudará a crear la corriente perfecta para ventilar tu cocina adecuadamente. El cuarto de baño es otro de los espacios de la casa donde se forman más humedades de condensación. Durante o después de usar la ducha o el baño, el nivel de humedad se dispara.Si no se ventila para renovar el aire, esa humedad ambiente va empapando las paredes originando la aparición de hogos y moho. Abrir la ventana del baño es una solución muy básica, pero es la más eficaz. Humedad en casa, la precisa Todo variará según la temporada de año. Mientras en verano, la temperatura debe situarse entre los 23-25 ºC y la humedad relativa en 45-60 %, en invierno las condiciones interiores deben situarse entre 21-23 ºC y un 40-50 % de humedad relativa. Así, en la época invernal, apuesta por una calefacción eficiente y eficaz. Mantenla a una temperatura adecuada, entre los 20-22ºC. No solo ahorrarás en consumo, sino que generarás menos humedad, ya que el aire caliente produce más humedad que el frío. La ropa, mejor tenderla fuera Siempre que sea posible, tiende la ropa recién lavada al aire libre para que se seque, ya que dentro transmitirá su humedad al resto de la habitación. Si no cuenta con un espacio exterior adecuado, procura que el tendedero o el sistema para tender que elijas tenga la mejor ventilación posible. Plantas de interior antihumedad Existen determinadas clases de plantas de interior que, además de embellecer nuestros ambientes preferidos de la casa, pueden ser excelentes aliadas para reducir el exceso de humedad, combatir el moho y mejorar la calidad del aire. Entre otras muchas, el ave del paraíso (en la imagen), el helecho, la esparraguera, la palma de caña, la hiedra inglesa o el lirio de la paz son algunas de las plantas que más pueden ayudar a terminar con este problema de la forma más natural. Usa un deshumificador Se trata de un electrodoméstico ideal para eliminar la humedad del ambiente, especialmente en zonas lluviosas o frías en las que este problema se presenta con frecuencia porque no existe la opción de ventilar permanentemente como en otras zonas. En estos aparatos, el aire pasa por su interior, se enfría, se condensa y se convierte en líquido y cae a un recipiente para su retirada. La pega es que consumen energía. Hoy día, hay una amplia oferta de estos dispositivos en múltiples tamaños. Los grandes cuentan con mayor potencia y están pensados para espacios amplios como salones y plantas diáfanas. Los más pequeños y portátiles ocupan muy poco y consumen lo mínimo, sin perder efectividad y son ideales para espacios reducidos. Y... Si ya ha hecho su aparición Si las humedades han entrado en tu casa, pero el problema no es muy severo, puedes utilizar un paño empapado de vinagre blanco y un chorro de limón, muy útil para limpiar las manchas y, al mismo tiempo, para combatir la humedad y el mohoEl tratamiento con bicarbonato, es otra opción económica para quitar la humedad, el olor que deja y las manchas aparecidas. También contribuye a combatir los hongos. Con una cucharada grande de bicarbonato disuelta en un litro de agua, será suficiente para su posterior aplicación. También es un excelente recurso para eliminar el mal olor que deja la humedad dentro de los armarios. Pero si la humedad persiste, sería conveniente que consultaras a un profesional cualificado (fontanero o empresa especializada en antihumedades) para que pueda valorar el alcance del problema a la mayor brevedad posible y solucionarlo antes de que vaya a más. Porque la humedad no desaparece por arte de magia, al contrario, el paso del tiempo es su mejor aliado. Tampoco está de más pedirle algunos consejos para que las humedades no vuelvan a salir.