Escaleras con capacidad de almacenaje
¿Sabéis de lo que puede ser capaz una escalera? Con un poco de previsión a la hora de diseñarla, podemos convertir el tramo de la escalera en una de las zonas de mayor almacenaje de la casa. En esta imagen, las baldas salen como una prolongación del peldaño, y sirven para guardar utensilios y libros de cocina.
Esta escalera volada de la madera, sujeta por cables de acero, es un diseño impecable, pensado hasta el último milímetro. Cada dos peldaños, el tablón se prolonga para crear una larga repisa que se extiende hasta la cocina, e incluso, forma parte de la encimera.
Este otro diseño, de líneas onduladas, aprovecha el ancho del hueco con repisas colocadas con escuadras en la pared. El quid de la composición está en colocar las baldas in crecendo, conforme la pared se va ampliando.
Un prodigio de escalera, que aprovecha toda la superficie disponible. La pared de subida y el tabique de obra, que sirve de barandilla, se ha convertido en una magnífica librería compartimentada.
Una escalera sólo para bibliófilos irredentos. No perdáis detalle y fijaos en estas dos imágenes. La de la izquierda muestra la contrahuella de la escalera repleta de libros, cuando se sube. Y en la de la derecha, vemos el recorrido de bajada, forrado de libros. El peldaño alterna una parte más ancha para posar el pie. De todas, ésta es la auténtica escalera-biblioteca.
Por último, una versión "más casual": un precioso diseño en piedra caliza, en el que se han dejado amplias zonas a los lados para colocar libros, como quien pasaba por ahí... Una opción muy original, aunque no sabemos si muy práctica. Para esta recopilación, hemos tomado prestadas las imágenes de nuestra blogoteca, entre otros, Dezeen, DesignMilk y Design d'Autore.