En la residencia del Embajador de Estados Unidos en Madrid
James Costos, embajador de Estados Unidos en España, y su pareja, el interiorista Michael Smith, han abierto su residencia en Madrid a la prensa española para presentar la magnífica colección de arte que han reunido durante estos últimos años, dentro del programa "Art in Embassies". Se trata de una iniciativa del Departamento de Estado de los Estados Unidos, que impulso Jackie Kennedy hace más de 50 años, para fomentar las relaciones culturales con los países de acogida, organizando exposiciones para que sean exhibidas en las más de 200 residencias diplomáticas en todo el mundo.
Arte y decoración
La visita revestía un doble interés: por un lado, conocer la interesantísima colección de 80 obras de arte cedidas por diversos museos, galeristas, artistas y colecciones públicas y privadas; y por otro, introducirnos en la residencia del embajador, que ha sido totalmente reformada por Michel Smith. Este reconocido interiorista y curador de arte también asumió la nueva decoración de los espacios privados de la Casa Blanca y del Despacho Oval, por expreso encargo de Barak y Michelle Obama.
Amantes del arte y las antigüedades
La decoración de los diferentes espacios de la planta baja de la Embajada (dos salones, un comedor, el despacho del Embajador, el vestíbulo y la entrada) ha sido proyectada al detalle para acoger, en absoluto equilibrio, las obras de arte moderno y ricas piezas de anticuario, con especial gusto por el mobiliario de estilo oriental. Así, en el impresionante salón que antecede al comedor, un magnífico biombo de Coromandel enmarca la composición de sofás y sillones de líneas clásicas.
Rincones con un punto ecléctico
Son numerosos los rincones dentro de las distintas estancias donde un mueble clásico acompaña una obra de arte moderna, sello muy característico del estilo de Michael Smith, que gusta de crear fuertes contrastes estéticos entre el clasicismo europeo, el arte abstracto y las ricas piezas orientales. Arriba, una consola de estilo Imperio realza la fuerza pictórica de la obra de Theaster Gates, Tiempo con alquitrán y horizontalidad (1973), una de las favoritas de los anfitriones, en la que el artista utiliza alquitrán en homenaje a su padre, que trabajaba como techador, y en referencia a su propio viaje artístico.
Presencia de artistas españoles
El objetivo del programa "Art in Embassies" no solo consiste en que cada Embajador cree su propia colección para ser expuesta al público con obras cedidas durante el tiempo que dure su misión. James Costos y Michael Smith han querido ir más allá creando una singular colección, en donde se han incluido valiosas obras de artistas españoles, en un afán de interrelacionar el lenguaje artístico de creadores contemporáneos a ambos lados del océano, tanto las influencias mutuas como las marcas de identidad que los separa. De ahí, que encontremos obras de Chillida, Esteban Vicente, Juan Muñoz, Cristina Iglesias o Antoni Tàpies, como la obra Porta Blanca (2008), cuidadosamente acompañada por una exquisita consola china.
Expresionismo abstracto norteamericano
El expresionismo abstracto está muy bien representado en esta obra de gran formato Entrada (1979), del canadiense Philip Guston, contemporáneo de Jackson Pollock y de Willem de Kooning. Nos encantó el magnífico sofá de cuatro plazas con remache de tachuelas.
Conociendo a artistas estadounidenses...
Esta colección ofrece al público español una gran oportunidad de acercarnos a grandes artistas estadounidenses aún en activo, de los que poco o nada conocíamos. Es el caso de la pintora neoyorquina Pat Stein, toda una celebridad en el mundo artístico, y de la que pudimos apreciar su obra Cascada pequeña, que forma parte de la serie Waterfalls.
En el salón del piano
Formado por varios ambientes perfectamente armonizados, el salón principal cuenta con una zona de estar compuesta por dos confortables club chairs tapizadas en terciopelo oro, de la firma Brunschwig & Fils, una pareja de butacas de estilo Imperio, de Jasper, y un sofá crudo, diseñado por Michael Smith. Los amplios ventanales, que dan al jardín con piscina, están vestidos con una tela de rayas Templeton y estores de bambú.
La reinterpretación del estilo Imperio
La formación multidisciplinar de Michael Smith, como interiorista, curador y profundo conocedor de las artes decorativas, le ha permitido reinterpretar los estilos neoclásicos, a través de su propia firma, Jasper, actualizando las líneas y los materiales del mueble Imperio. Esta pareja de butacas, modelo Vaux Gilt de Jasper, combina la tradicional ornamentación en pan de oro con motivos vegetales y detalle de cuello de cisne, con un tapizado moderno en cuero blanco.
Zona de la chimenea
El salón también cuenta con una zona más recogida junto a una chimenea con embocadura de mármol negro, dos sofás enfrentados y una pequeña mesa de centro rectangular laqueada en blanco, con ciertas reminiscencias orientales. Sobre la chimenea destaca un gran espejo dorado de ojo de buey, flanqueado por dos candelabros de bronce.
Espacio de contrastes
En esta esquina del gran salón, Michael Smith creó un fuerte contraste estético, combinando, sin complejos, estilos y orígenes muy diferentes. En la pared sorprende la obra Canoa Real (1977), de Gene Davis, artista muy conocido por ser uno de los mayores exponentes de la corriente Color Field Painting, que se caracteriza por sus largas franjas de color plano con un cierto ritmo y repetición. Un coqueto sofá en escuadra, tapizado en terciopelo verde botella en capitoné, y el gran espejo con decoración dorada completan este ecléctico rincón.
Rincón del piano
No podía faltar, en el salón del piano, un hermoso piano de cola laqueado en negro, sobre el que se colocaron múltiples fotografías del Embajador con personalidades políticas. En la pared, llama poderosamente la atención la obra Puerto Curtis (2011), del artista neoyorquino Philip Taaffe, otro gran representante del abstraccionismo norteamericano aún en activo. Suyas son también las serie de seis obras de tinta acrílica que se encuentran en la pared del fondo del salón, junto al mueble chino.
Cruce de culturas
Uno de nuestros rincones favoritos es el presidido por una gran obra del segoviano Esteban Vicente, que se instaló en Nueva York desde los años 40 y donde también bebió de las corrientes del expresionismo abstracto norteamericano, siendo coetáneo y amigo de Rothko, De Kooning, Pollock, Kline y Newman. De ahí que no pudiera faltar en la colección del Embajador, en una especial puesta en escena con una cómoda de marquetería y exquisitas piezas orientales.
Piezas únicas
Este magnífico secreter chino, con una rica ornamentación en laca, es una de las piezas más espectaculares del mobiliario de la Embajada. Es evidente la fascinación de Michael Smith por el mobiliario chino, pero también por su refinada porcelana azul, de la que hay numerosas piezas por toda la residencia (jarrones, vasijas, platos, cajas, pies de lámparas, etc.).
El despacho del Embajador
Os mostramos tres imágenes de la zona de estar del despacho del Embajador, un espacio donde el clasicismo contemporáneo de Michael Smith se hace más evidente. Al fondo, una boisserie pintada en verde pálido es el telón de fondo para una mezcla de texturas y tapizados casi imposible: terciopelos, dorados, madera, cuero, seda... Pero, por encima de todo, destaca la sorprendente obra de Walton Ford, El demonio de Thurneysser (2008), acuarela de gran formato, que rinde homenaje a un alce de este pueblo de Basilea. Se cuenta que los cuernos del alce, al mudar de piel, quedaron al rojo vivo, lo que provocó el pánico entre los aldeanos. El temor al demonio de los cuernos rojos movió a una mujer a darle de comer al alce una manzana plagada de agujas, provocándole así una dolorosa muerte.
La entrada de la Embajada
Quizás hubiéramos debido de empezar por aquí, pero preferimos dejar casi para el final el magnífico vestíbulo de la residencia, con su señorial escalera curva, que da acceso a las estancias privadas del Embajador. Haciendo el mismo recorrido de la escalera, se encuentran, estratégicamente colocados, cuatro obras de la serie Homenaje al cuadrado de Josef Albers, multifacético artista alemán afincado en Estados Unidos (fue pintor, fotógrafo, poeta, diseñador...). También en la colección se encuentran obras de su mujer, la pintora y diseñadora textil Annie Albers.
La lámpara escultura
Esta magnífica escultura lumínica es obra del artista David Wiseman, a la que ha puesto el nombre de Rama iluminada, y que a nosotros nos recuerda la rama de un cerezo en flor. Este joven diseñador y artesano es uno de los más cotizados artistas del momento en el mundo del interiorismo, merecido mérito que ha conseguido gracias a sus majestuosas instalaciones vegetales realizadas en bronce, porcelana o cristal, aunque también se atreve con todo tipo de objetos decorativos donde prevalecen sus enredaderas y filigranas.
El "Chillida"
En una de las consolas de la entrada encontramos por sorpresa esta escultura de barro cocido de Eduardo Chillida, de su última etapa (1990), de la serie Lurra-G.
La escultura mural
En otra zona de la entrada a la residencia, descubrimos este sorprendente rincón, con una consola neoclásica, de talla dorada y sobre de mármol rosa, sobre la que resalta la escultura mural de letras Abstracto Nº 18 (2009), de Jack Pierson, un reconocido fotógrafo y artista nacido en Boston. Sus ya famosas word sculptures (muchas de ellas de letras recicladas de rótulos viejos) son en la actualidad obras muy cotizadas en el circuito artístico.
Costos&Smith
Cerramos este largo reportaje (y eso que nos hemos quedado con mucho material en el tintero) con esta imagen del embajador James Costos y del interiorista Michael Smith en un momento de la rueda de prensa que ofrecieron en la sala destinada a comedor, y que despejan cuando tienen eventos sociales y culturales dentro de la residencia, lo que sucede casi a diario. Ambos se encuentran delante de una obra del artista afroamericano Glenn Ligon, America doble (2012), una instalación lumínica con la palabra "America" desdoblada, pero con algunas letras invertidas, que representa, según el autor, la imagen de Estados Unidos, brillante, poderosa pero no perfecta. Lo que sí parece conjugar a la perfección es el tándem que hacen el embajador y el interiorista: elegantes, cultos, abiertos, cosmopolitas y amantes del arte... sin duda, hombres renacentistas del siglo XXI. Fotos: Decoratrix.