Diseño de lujo para muebles-joya

Es bien sabido que hay un mercado floreciente de muebles de lujo dirigidos al mercado ruso, que se caracteriza por su pasión por el dorado, los brillos y las curvas. Diseñar y realizar muebles para esta clientela, dentro de los cánones del buen gusto y la estética de la sofisticación, es difícil y no siempre da buenos resultados. Sin embargo, la firma portuguesa Koket, liderada por la diseñadora Janet Morais, ha logrado dar con el difícil equilibrio entre el lujo elegante y el lujo lujo excesivo.

Mariposas hiperbólicas, pavos reales en pan de oro, maderas preciosas, superficies nacaradas, texturas de galuchap, detalles con plumas, patas de animales... son muchos los recursos que distinguen a esta categoría de muebles, aunque siempre tienen como común denominador una ebanistería de primera con impecable acabado. Arriba, la cómoda Camilla tiene un significado especial, ya que los benefecios obtenidos de su venta van íntegramente destinados a The Global Funds of Widows, una fundación no gubernamental que recoge fondos para las mujeres viudas y cabezas de familia en los países en desarrollo.

Inspirados en las artes decorativas francesas, orientales o de cualquier procedencia que rezume lujo y esplendor, muchos de los diseños de Koket llevan elaboradísimos trabajos artesanales, como este chandelier, compuesto de cientos de cristales a modo de diamantes engarzados en oro.

Los terciopelos, rasos y sedas son las tapicerías estrella que revisten otomanas, chaise-longues, butaquitas y lujosos sofás. Por supuesto, con detalles suntuosos, como los botones de cristal o los remaches en pluma.

Las piezas extravagantes y de autor están a la orden del día, como la consola Burlesque, excesiva y rocambolesca, con sobre tapizado de terciopelo de serpiente.

 

La madera de ébano, una de las preferidas de los ebanistas (de ahí su nombre), está presente en las sillerías, también de formas singulares. Podríamos seguir enumerando muebles exquisitos, sofisticados, de curiosas formas y excelente acabado... Puede que no sean para todos los gustos, pero, desde luego, no son para todos los bolsillos.