Cocina con comedor de diario integrado

¡"Cocinómetro" a la vista! Por muy espaciosa que sea una cocina, la distribución de los muebles debe ser ante todo funcional. Ya sea en forma de L, de U, agrupados en un frente o siguiendo el perímetro de la estancia, es aconsejable distribuir las zonas de cocción, fregadero y frigorífico en triángulo. Lo que los expertos denominan, el "triángulo de trabajo". Una vez distribuido el espacio, toca pensar en los colores y acabados de la decoración. El blanco es un clásico que nunca falla. Además de aportar amplitud y luminosidad, armoniza con todos los colores y encaja con cualquier propuesta decorativa. Las cocinas en blanco y negro son tendencia.

Lo ideal es colocar el fregadero debajo una ventana para aprovechar la luz natural. En esta cocina, como la ventana no era corredera, se escogió un grifo de caño giratorio; así no dificulta su apertura.

Si en la cocina propiamente dicha, blanco y negro se combinaron en muebles y revestimientos, en la zona de comedor, el negro se sustituyó por un intenso y atrevido verde. Dos ambientes que quedan perfectamente delimitados no sólo por una barrera física, como la isla que cierra la zona de trabajo, sino también por recursos decorativos.

Delimita el comedor de diario revistiendo la pared con otro material. Así conseguirás separarlo visualmente del resto de la cocina. En este caso, la zona de comedor se pintó en un alegre y atrevido color verde, que realza, no sólo el blanco del mobiliario de cocina sino también la mesa de madera y las sillas del comedor. Fotografías: Karin Foberg a través de Hus & Hem.