Una cocina abierta al comedor y al salón

La distribución lineal, con los muebles y electrodomésticos agrupados en la misma pared, nos da una pista de que nos encontramos con una cocina abierta, en este caso, al comedor. ¿Qué más señales la delatan? Cocinas blancas hay muchas, y en la mayoría de los casos, son estancias independientes, pero si "abres" plano es probable descubrir que comparte espacio con un salón o un comedor decorado en estos mismos tonos. Cuando se trata de integrar la cocina, es fundamental que ambos ambientes formen un conjunto equilibrado y armónico.

La idea es que la cocina pase prácticamente inadvertida desde el comedor o el salón. El blanco es, sin duda, el color más socorrido para conseguir esa continuidad visual. Pero no todo tiene por qué ser unidad y armonía, sino que jugar con el color de las paredes es una solución para delimitar los ambientes. La pared de los muebles, en blanco, y la que queda frente a las ventanas, en negro.

¿Que te parece el comedor? ¡Estupendo! Primero porque está en un lugar privilegiado de la estancia, junto a los enormes ventanales de esta pared, que, a la vista está, inundan de luz natural todo el espacio, desde la cocina hasta el salón, y segundo, ¡por las sillas de Vitra! No hay nada como acompañar la mesa con unas sillas de diseño para dar protagonismo al comedor que, deja de ser sencillo para ganar estilo y personalidad.

El salón se sitúo frente a las ventanas. Como se aprecia tras ver todas las fotografías, la planta de esta estancia tiene forma de L invertida: en la parte alargada se ubicaron la cocina y el comedor, y en la más pequeña se situó la zona de estar, con un sofá blanco, un par de mesitas auxiliares a modo de mesa de centro, y una butaca. Los cojines ponen la nota de color. Fotos: Fastighetsbyran.