Una casita de campo en un campamento de verano
Situada en una zona costera del norte de California, esta casita de campo es, en realidad, una de las instalaciones que albergan a los chicos de un campamento de verano, dentro de una extensa granja lechera. ¿Os imagináis qué maravilla disponer de una casita tan deliciosa compartida con 4 compañeros?
The Inverness Bathhouse es un proyecto de Richardson Architects, un estudio de arquitectura inteligente, sostenible y respetuosa con el entorno. A primera vista, parece una casita de campo tradicional; no obstante, en su diseño se han teniendo en cuenta diferentes factores: el intenso uso que sufre durante el verano, la proximidad del mar y la utilización de materiales resistentes, no corrosivos y económicos.
Este es el aspecto de una de las dos habitaciones para los chavales. Las paredes y el techo se realizaron con tableros contrachapados de MDO, pintados en color blanco hueso, de la firma Benjamin Moore. Las ventanas, de guillotina, se cubrieron hasta la mitad con un estor enrollable, que da intimidad pero permite el paso de la luz.
El cuarto de baño, con dos zonas de ducha, cuenta además con una encimera con fregadero que hace las veces de lavabo. El suelo de toda la casa está cubierto por un material muy resistente, hecho a base de serrín aglomerado colocado en lamas de 10 cm de ancho.
En el porche, una de las zonas más utilizadas, se habilitó una pequeña zona de estar con butacas y mesas de madera. Todo el mobiliario es reciclado o realizado con materiales ecológicos y de la zona.
Fachada lateral de la casita de campo, de 80 metros cuadrados, con el techo de zinc galvanizado en color terracota. El terreno, que era irregular, se niveló para sentar los cimientos de la casita. Hasta el jardín exterior, primorosamente organizado, da un aspecto de casita de muñecas a este albergue infantil.