Casa moderna en medio del bosque

De planta rectangular, esta casa en el campo mantiene unas proporciones rigurosamente simétricas en la escala 1:3: 6 m de alto, 18 m de largo y 6 m de ancho. En total, 108 m2, que se alzan sobre una tarima de madera, que la aísla del suelo rocoso e irregular, y permite tener una amplia zona de exterior.

Proyectado por el estudio de arquitectura Erik Anderson, la casa se encuentra en la isla de Yxlan, en el archipiélago de Estocolmo, y resume tradición y modernidad. Por ambos lados, hay amplios ventanales formados por tres acristalamientos cuadrados, que permiten tener vistas al mar.

Las fachadas laterales también cuentan con ventanales que se abren. La madera exterior se pintó con Falu Rödfärg, una pintura típica de las casas suecas, que se utiliza desde el siglo XIV, y que se compone de pigmentos provenientes de las minas de cobre de Falu. El techo se revistió con tela asfáltica de alquitrán.

Al contrario que el exterior, todo el interior se pintó de blanco: suelo, paredes y techo. La distribución de las estancias se organizó destinando la zona central a salón, comedor y cocina, integrados en un mismo espacio. En los laterales, se ubicaron el dormitorio y un baño y un aseo.

Como era de esperar, el magnífico diseño sueco está presente en el escueto mobiliario, con la mesa y las sillas Hormiga, diseñadas por Arne Jacobsen.

Gris y blanco son los colores predominantes en la decoración, con el toque cálido de madera del comedor en medio de la estancia.

El dormitorio, que se abre al exterior, es completamente blanco y con apenas mobiliario. La ausencia de ornamentos es otra de sus señas de identidad.

El baño, por el contrario, está alicatado con teselas negras. Cuenta con un sauna, como muchas casas suecas, y de una pequeña piscina en el exterior.

Plano de la vivienda, donde se puede aprecia la simetría de su distribución. Vía: Dezeen. Fotografías deÅke E-son Lindman.