Casa moderna decorada en blanco y madera
La decoración de este apartamento en Brooklin (NY) tiene algo único y especial. No es lujo, es buen gusto. Ante todo se percibe que en su decoración se puso mucho amor y dedicación. Y así fue. Este fue el primer proyecto importante de la pareja de artistas y diseñadores Lyndsay Caleo y Fitzhugh Karol: su propia casa. Muchos de los muebles fueron hechos por ellos mismos, y el resto de las piezas adquiridas en almonedas, mercadillos y por Internet, y posteriormente restauradas.
La vivienda consta de dos plantas y un jardín posterior. Los propietarios optaron por la combinación del blanco y la madera en tono natural como línea estética de la decoración de toda la casa, y así dar protagonismo a las obras de arte y singulares piezas de mobiliario.
La mesa del comedor fue realizada por Fitzhugh, quien se hizo con grandes cantidades de madera de árboles caídos de un campo de golf, y que utilizó para hacer casi todo el mobiliario de la casa. En contraste, la mesa se rodeó con las sillas de plástico Panton, lo que demuestra que, como dice Fitzhugh, "los materiales viejos hacen que los nuevos tengan sentido".
El comedor comparte espacio con la cocina y la zona de estar en la planta de arriba. Sobre la chimenea, destaca una obra de Fitzhugh realizada con trozos de madera de sus trabajos de carpintería. El sofá es un mueble indio que convive tranquilamente con las librerías Billy de Ikea. Todas las piezas de esta casa encajan armónicamente, aunque sean de procedencias y épocas diferentes.
El fregadero es una pieza de hierro esmaltado recuperado, de 1920, de la que los propietarios se sienten muy orgullosos, pues la compraron por Internet y fueron a buscarla a Massachussetts.
La encimera de la mesa de la cocina y los bancos son trabajos de carpintería de Fitzhugh, al igual que las baldas de la cocina. Una escalera lleva a un altillo, que era la antigua habitación de invitados.
La altura de los techos permitió mantener el altillo en la zona del salón, que se utiliza para albergar visitas no planeadas cuando la casa está llena. Solo se colocó un colchón en el suelo y varios cojines con telas indias.
Un pequeño distribuidor precede la zona de estar y da paso al cuarto de baño de la planta superior, en donde destaca la puerta de un establo de la granja en New Hampshire donde Fitzhugh creció.
En el dormitorio princi todo decorado en blanco (carpintería, suelo y textiles), destaca la magnífica chimenea de alabastro y el dosel de madera de la cama, realizado también por el manitas de Fitzhugh. El detalle de las puertas del armario con espejos amplía visualmente el dormitorio.
Al bajar las escaleras nos encontramos con la entrada de la casa, en el piso inferior, donde se encuentran también la habitación de invitados con su cuarto de baño, una sala de estar y una zona de trabajo. Al fondo, el acceso al patio posterior.
La habitación de invitados está inspirada en las camarotes de los barcos, con las paredes de duelas de madera colocadas en vertical, apliques de tulipa de cristal sobre la cama y sábanas blancas con un tradicional ribete azul.
Esta es la sala de estar de la planta baja. Como muchas casas antiguas de Nueva York, tienen una distribución extraña y difícil, ya que la planta es muy alargada. Los propietarios tuvieron que variar muchas veces los planos para poder sacar los espacios que necesitaban. Como ellos mismos dicen, "al final, los problemas que surgen se convierten en oportunidades para hacer algo diferente o mejor".
Por supuesto, el banco de obra (que a su vez son camas), hecho con vigas de tren recuperadas, y las mesas de troncos son creación del habilidoso Fitzhugh, que va ganando puntos en cada foto.
La butaca es un curioso diseño de la prestigiosa firma The Wendell Castle Collection y la librería fue adquirida en una almoneda.
Vista de los espacios de la planta de abajo. Para aprovechar mejor el pasillo, la puerta de la habitación lleva un sistema deslizable como las puertas de los establos. La alfombra sintética es de Pappelina.
Otra perspectiva de esta zona de paso, donde se pueden apreciar los dos puestos de trabajo creados alrededor de la estantería que ocupa toda la pared. Al fondo, el jardín.
Cuando se les pregunta a Lyndsay y Fitzhugh de qué están más orgullosos de toda la obra, coinciden en que del jardín, pues hicieron un increíble trabajo de restauración, utilizando los ladrillos antiguos para levantar muros y solar el patio. A pesar de la cantidad de fotos que componen este post, lo finalizamos con ganas de ver más, adentrarnos en sus baños, recorrer todo el patio, abrir los armarios... Quedamos prendados de esta casa hecha con amor. Fotos: Liz Vidyarthi. Vía:Apartment Therapy