Carne de membrillo cocinada en casa, sin conservantes ni colorantes
Carne de membrillo o dulce de membrillo –tanto monta– es, junto con las conservas de tomates y pimientos, una de las recetas caseras otoñales con más tradición en nuestro país. No sé si te habrás dado cuenta de que estamos en pleno "Veranillo del Membrillo", un tiempo en el que el verano parece que se alarga un poquito más (finales de septiembre y principios de octubre) y la temperatura sube por encima de lo habitual ¿a qué lo estás notando? Precisamente se llama así a esta época porque esta fruta madura a finales de septiembre y está preparada para convertirse en uno de los postres más exquisitos de la cocina española. Ya elaborado está muy rico, pero no hay nada como preparar tu propio dulce casero, sin conservantes ni colorantes. Verás que sencillo es.
La manzana de Cydonia, como se conocía entre los antiguos griegos y romanos, era considerado como el fruto del amor y la fecundidad. Aromático, de piel suave y amarilla, el membrillo aparece en el mercado desde principios septiembre, manteniéndose hasta mediados de diciembre y a diferencia de la mayoría de las frutas, no se come cruda. Esto es debido al carácter amargo y ácido de su carne, sin embargo cocinada resulta exquisita.
Receta de la carne de membrillo
A la hora de la compra, hay que elegir los que presenten aspecto carnoso, con la piel totalmente intacta y parcialmente amarilla. Los membrillos muy maduros suelen presentar manchas, que no tiene importancia si los va a cocer inmediatamente.
Ingredientes: 1 kg de membrillos – 750 g de azúcar – 1 chorrito de zumo de limón – 1 rama de canela (opcional).
Elaboración: 1. Lavar y secar los membrillos; poner en una olla cubiertos de agua, primero poner el fuego fuerte y cuando hierva el agua, dejar a fuego medio-fuerte hasta que se pongan blandos. El tiempo dependerá del tamaño de los membrillos, aproximadamente unos 50 minutos. 2. Una vez cocidos, sacar del agua y escurrir; cuando se enfríen un poco, pelar, quitar el corazón, cortar a trozos y triturar con la batidora eléctrica. 3. Mezclar el puré resultante con el azúcar, un chorrito de limón, un poco de agua de la cocción y agregar la canela; bajar el fuego y remover a menudo, con una cuchara de palo, para evitar que se pegue y teniendo cuidado con las salpicaduras ya que queman mucho. 4. Comprobar el punto de cocción de la carne de membrillo colocando la cuchara de palo en el centro de la cazuela, cuando se mantenga firme en el centro es que está lista. 5. Retirar del fuego y verter en moldes rectangulares untado con un poco de aceite vegetal para que no se pegue; dejar enfriar y meter al frigorífico un día para que coja consistencia. Sugerencia: si vas a hacer mucha cantidad, coloca la carne en recipientes, cubrir con un poco de papel vegetal, colocar la tapadera y dejar en el frigorífico, de este modo se conservará durante meses.
En buena compañía
La carne de membrillo acompañada de un queso con cuerpo o bien curado es un bocado exquisito. En el País vasco, por ejemplo, se sirve cortado en láminas sobre una base de queso Idiazábal y coronado con media nuez pelada. En Asturias lo suelen "casar" con un buen Cabrales. También está delicioso como ingrediente de ensaladas verdes o en una tosta con un taco de foie.