Apartamento abuhardillado

¿Qué tendrán las buhardillas que tanto nos gustan? Su techo inclinado, a pesar de plantear ciertas dificultades a la hora de decorarlas, les confiere un encanto muy especial. Lo mismo ocurre con la viguería vista de madera que, aunque puede resultar un poco agobiante si es oscura, se suele blanquear o pintar en claro para aportar luminosidad a toda la estancia. Y si, además, la escasez de metros no es problema, está acondicionada con gusto y bien distribuida ese encanto se multiplica.

Cocina abierta

Con metros suficientes para montar una zona de estar, los propietarios de esta buhardilla prefirieron sacrificar este ambiente en favor de una cocina y un comedor espacioso. La cocina, abierta, se independizó con una península que hace las veces de barra de desayunos.

Zona de comedor

El comedor tiene su puntito. Situado en el centro de la estancia y frente a la ventana, se situó una mesa que parece improvisada, con cinco tableros de madera y patas de acero, se rodeó con sillas y taburetes de distintos estilos que forman un conjunto de gran riqueza visual.

Paredes con espejos

Los espejos, bien elegidos y colocados con criterio práctico y decorativo, son los protagonistas en la decoración del comedor. Al reflejar los muebles y las paredes de la estancia, logran dar más amplitud visual a este ambiente, además de potenciar la luz natural y artificial. También se eligieron con criterio decorativo: formar una composición irregular, con uno de cuerpo entero apoyado en el suelo junto a otros de formas y tamaños diferentes.

Rincón de lectura

Tras unas cortinas blancas, muy ligeras, se ubicó un rincón de lectura. Ésta es una solución muy económica y decorativa para separar ambientes que, además, permite mantiene relacionados los espacios cuando así se desee y deja pasar la luz natural.

Viguería destacada

Con la idea de resaltar sutilmente las vigas, éstas se pintaron en un tono gris muy suave, a diferencia del techo y de las paredes, que se pintaron en blanco. La zona de mayor inclinación se reservó para colocar pilas de revistas. Un sillón Butterfly, un puf de piel blanca, una mesita auxiliar de madera y una lámpara de pie forman este coqueto y agradable rincón de lectura. Fotografías: Erik Olsson.