Suelos decorados con baldosas porcelánicas
¿Qué pasaría si cada habitación tuviera un suelo diferente? Nada, absolutamente nada. Al contrario, el contraste entre un ambiente u otro sería muy atractivo. De hecho, en las viviendas señoriales del siglo XIX se solía alicatar cada parte de la casa con baldosas hidráulicas de distintos estampados.
En este piso de 1870, recientemente restaurado, el equipo de Grooppo decidió cubrir el suelo con baldosas porcelánicas hexagonales que crean diferentes diseños, desde dibujos de colmena, hasta flores o dameros.
Cada habitación está delimitada, además, por el rodapié y el marco de la puerta, pintados en negro, lo que remarca el ambiente. Sin embargo, gracias a los baldosines blancos y a las tonalidades afines del resto de las piezas, se evita la sensación de extravagancia y un resultado excesivo.
Para la cocina se escogió el dibujo de damero en blanco y negro, en 20 x 20, típico de muchas cocinas mediterráneas. El mobiliario de la casa, heredado o comprado en almonedas, ayuda a reconstruir este espíritu decimonónico de la vivienda, en versión siglo XXI.
Imagen del largo pasillo de esta vivienda, de 120 m2, en donde la secuencia de las diferentes losetas porcelánicas crean una continuidad visual, a la vez que subdividen visualmente.
Plano del proyecto del pavimento en su conjunto, realizado por la firma italiana Grooppo, en el que se aprecian los diferentes patrones utilizados y, a la vez, destaca la similitud de los estampados.